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Qué protector solar escoger y cómo usarlo

El sol nos hace sentir mejor y nos encanta estar al aire libre. Pero los rayos ultravioleta pueden dañar las células de nuestro cuerpo y nos conviene tomar precauciones.

Os dejamos una guía muy completa para que puedas elegir el protector solar adecuado para ti y saber cómo utilizar el protector solar, y así disfrutar del verano tranquilamente.

Índice de contenido

El bronceado y la melanina

Tu piel crea un pigmento de color negro llamado melanina para protegernos de los dañinos rayos UV de la luz solar. Cada persona tiene una concentración de melanina diferente, y define su grado de protección natural. Además define el color de nuestra piel, siendo más oscura cuanta más melanina contenga la piel. Por eso, las personas que tienen la piel más oscura resisten mejor a los rayos del sol.

El bronceado es la forma que tu cuerpo se protege a sí mismo contra los rayos UV. Cuando la piel es expuesta al sol, se estimula la producción de melanina y aparece el bronceado de la piel. Pero el sol también afecta a las células de la piel, y si las células dañadas no pueden repararse a sí mismas, pueden convertirse en cancerosas.

¿Qué es el factor de protección solar (SPF)?

SPF significa factor de protección solar (Sun Protecting Factor). El factor de protección solar nos indica el número de veces que el fotoprotector aumenta la capacidad natural del cuerpo frente al enrojecimiento de la piel.

Por ejemplo, una persona con la piel clara, que tarda unos 10 minutos en recibir quemaduras de sol, aplicándose un SPF 15 obtendría unos (10×15) 150 minutos de protección. Si esta misma persona se aplica un SPF 30, tardaría (10×30) 300 minutos.

Un error común es pensar que un protector solar con SPF 30 protege el doble que uno de SPF 15, y esto no es así. El número SPF es un indicador del tiempo, no de la cantidad. Cuanto mayor sea el factor de protección, más bloquea la radiación solar, sin embargo, no lo hace proporcionalmente al número SPF, y esto es lo que lleva a la confusión. De media, un protector con SPF 15 bloquea alrededor del 94% de los rayos UVB, un protector SPF 30 bloquea el 97% y un protector SPF 50 el 98%. Desde 2012, una normativa europea reguló que los productos solares que tengan un SPF superior a 50, deben etiquetarlo como “SPF 50+”. Esto es debido a que a partir de 50, la protección adicional que te da un solar con SPF mayor es mínima. Eso quiere decir que un solar con SPF 100 protege prácticamente lo mismo que uno de 50.

¿Qué SPF elegir?

La elección dependerá básicamente del tono de la piel y el grado de exposición.

En cuanto al tono de la piel, cuanto más claro lo tengas, más protección será necesaria:

  • Protección muy alta (SPF 50+): Para las pieles intolerantes al sol, muy blancas y pálidas.
  • Protección alta (SPF 30-50): Para las pieles claras.
  • Protección media (SPF 30): Para las pieles claras pero un poco más oscuras.
  • Protección baja (SPF 15-30): Para las pieles oscuras.
  • Por debajo de SPF 15: no lo recomendamos en ningún caso, salvo que tengas la piel muy oscura.

Para los peques, es recomendable usar un protector solar SPF 50+, ya que la piel es mucho más sensible. En el mercado ya hay disponibles solares fabricados específicamente para los niños y su uso es muy recomendable.

En cuanto al tiempo de exposición, si vas a estar durante todo el día y el sol es fuerte, debes llevar un SPF más alto, pero sobre todo no olvides en aplicar protección solar cada dos horas aproximadamente, y después de cada baño.

El lugar de exposición también debes tenerlo en cuenta, ya que en la playa la arena refleja los rayos del sol, al igual que la sal, y por tanto quemará más que en una piscina. Y en la nieve se refleja aún más que en la playa, por tanto si vas a esquiar es imprescindible llevarte una crema de protección solar.

Bronceadores de amplio espectro

Los productos que pasan la prueba de amplio espectro brindan protección tanto contra la radiación ultravioleta B (UVB) como la radiación ultravioleta A (UVA) ¿Y cuál es la diferencia?

  • Rayos UVB: Afecta a las capas más superficiales de la piel. Estimulan la producción de melanina y por tanto el bronceado, pero son la causa principal de las quemaduras del sol, y pueden alterar las células de la epidermis pudiendo provocar el cáncer de piel.
  • Rayos UVA: representan el 95% de los rayos UV que alcanzan la piel. Están presentes durante todo el año, incluso en los días nublados. Alcanzan las capas más profundas de la piel y causan el envejecimiento prematuro de la piel. Producen un bronceado inmediato, pero no por la producción de melanina, sino por oxidación de la misma, y desaparece al poco tiempo.

Ambos rayos son dañinos, por tanto es muy recomendable escoger un protector solar de amplio espectro, ya que además de protegerte de los rayos UVB, también te protegerá de los rayos UVA. Hoy en día prácticamente la mayoría son de amplio espectro, pero hay que fijarse en la etiqueta del producto.
Existen también los rayos UVC, que son los más peligrosos de todos, pero no llegan a la superficie de la tierra gracias a la capa de ozono.

Resistente al agua

Ningún protector solar puede indicar en la botella “waterproof” (a prueba de agua) o “sweatproof” (a prueba de sudor), ya que científicamente se ha demostrado que no hay protectores que sean totalmente a prueba de agua. Los protectores solares sí podrán poner en su etiqueta “resistente al agua”, pero deben indicar la cantidad y tiempo necesario de re-aplicación, ya sea 40 u 80 minutos dependiendo de los resultados del test de resistencia al agua.

¿Existen cremas diferentes para cada tipo de piel?

En general, los solares son para todo tipo de pieles. Sin embargo, para pieles secas es aconsejable utilizar productos con textura en crema. Las lociones son de más rápida absorción e ideales para pieles normales. Para pieles grasas, es mejor utilizar texturas ligeras como los formatos Spray o Mousse, y no comedogénico.

También es muy aconsejable utilizar productos fabricados para zonas específicas del cuerpo, como el rostro o el cabello.

La fecha de caducidad

La fecha de caducidad debe figurar en la etiqueta del producto, indicando el número de meses que el producto permanece en buen estado una vez abierto. Este período puede llegar a ser de 12 meses, pero a pesar de que el producto puede estar bien conservado, se aconseja que compremos un producto solar cada año, ya que en realidad también depende de las veces que se haya usado, de los cambios de temperatura, etc. Si tienes alguna crema del verano pasado, comprueba si ha cambiado de color, textura o aroma antes de volver a utilizarla. Si no está bien conservado su efectividad será reducida y además corres el peligro de que te provoque reacciones en la piel.

fecha-caducidad

Cómo usar los protectores solares

El protector solar se aplica después del tratamiento y antes del maquillaje.

Usar el protector solar de la forma correcta es muy importante. Debes tener especial cuidado en los primeros días de calor, cuando tu piel aún está pálida. Hay que tener claro que aplicando sólo una vez un protector solar, aunque sea de SPF alto, no vas a protegerte del sol durante todo el día. Las prisas por broncearte tampoco son buenas.

Por tanto, un SPF alto te ofrece protección, pero su efectividad se verá muy reducida si no se aplica correctamente o te olvidas de volver a ponértelo cuando toca. Para sacar el máximo provecho de tu protector solar, sigue estos consejos.

  • Elige una crema solar con factor de protección adecuado según tu tipo de piel, y que sea de ‘amplio espectro‘.
  • Utiliza un protector específico para el rostro y otro para el cuerpo.
  • Aplica el protector solar 30 minutos antes de salir de casa, así tu piel podrá absorberlo bien.
  • No te olvides de aplicar la crema las orejas, el cuello y los pies.
  • Pon un extra de crema en los hombros, el pecho y la nariz, ya que son zonas más sensibles.
  • El efecto de protección solar se reduce después de una o dos horas en el sol, así que asegúrate de aplicar el protector solar como máximo cada 2 horas.
  • Si nadas la piel será más sensible al sol. Usa una loción resistente al agua y acuérdate siempre de volver a aplicar tu protector solar después de nadar.
  • La sudoración también reduce la efectividad del protector solar. Si sudas bajo el sol o estás tomando parte en cualquier actividad física al aire libre, asegúrate de volver a aplicar la loción.

Las cremas y maquillajes con factor de protección

Hay tratamientos y maquillajes que llevan protección solar (SPF). Son más cómodos, pero estos productos no protegen igual que los protectores solares, por tanto, sobre todo en los meses de verano, mejor usa un protector solar.

El principal problema es que no aplicamos la cantidad de producto óptima en todas las zonas del rostro, por tanto no se distribuye uniformemente y por tanto no nos protegemos bien. Por ejemplo, las cremas para el rostro no se pueden usar en la zona de los ojos o los labios, por tanto, no descuides de proteger esas zonas.

El capital solar

El capital solar es el número de horas que un individuo puede exponer su piel al sol durante toda su vida. Una vez consumido pueden aparecer arrugas, manchas pigmentarias, sequedad extrema, e incluso tumores. Es diferente para cada uno y está predeterminado genéticamente.

¿Cuáles son las señales de advertencia de que has estado demasiado tiempo bajo el sol?

Normalmente nos damos cuenta de que nos hemos quemado demasiado tarde, ya que el enrojecimiento de la piel no suele aparecer de inmediato y se intensifica después de la ducha.

Aun así, hay algunos trucos que nos pueden ayudar. Aunque no evite del todo las quemaduras, quizás puedas reaccionar a tiempo y evitar una quemadura mucho más dolorosa:

  • Presiona con un dedo la piel. Cuando lo levantes, si el lugar presionado se vuelve rojo de nuevo rápidamente, significa que te has quemado.
  • Tu piel se siente caliente al tacto, incluso cuando se intenta enfriar con agua.

Cuando esto sucede, lo mejor es retirarse de la exposición solar y usar una loción after sun, preferiblemente después de la ducha.

El uso de las cremas de protección solar es muy importante, debes protegerte todo el año, especialmente en los meses de verano. Además de evitar las dolorosas insolaciones, previene la aparición de problemas más serios que debes tener en cuenta, cómo el cáncer de piel.

Tener una piel bronceada es importante para sentirte bien, pero la salud es lo primero. Esperamos que con este post hayamos resuelto todas tus dudas, y si aún tienes alguna pregunta, no dudes en dejarnos un comentario.

Publicado en: Cosmética